SANTIAGO JOSUÉ HUACHICHULLCA BARRERA

Mi nombre es Santiago Josué Huachichullca Barrera, nací en Cuenca, Ecuador en 2001. Pertenezco por la misericordia de Dios a la 13 comunidad de la Parroquia "San Juan Pablo II" de Cuenca.

Por gracia de Dios nací dentro de una familia cristiana y soy el sexto de once hermanos (3 de ellos en el cielo). Conocí a Dios de pequeño y gracias a la fe que me transmitieron mis padres desde la infancia y durante mi juventud he podido ver el amor y la paciencia que Dios me tiene.

Desde el vientre de mi madre, Dios ya tuvo un plan para conmigo. Dios tuvo mucha misericordia con mi familia y mis abuelos paternos recibieron la Buena Noticia del Amor de Dios para ellos y comenzaron un itinerario de formación cristiana mediante el Camino Neocatecumenal. Ellos transmitieron la fe que recibían a sus hijos y con los años mi padre, también empezó el Camino.

Desde mi infancia me gustó mucho atender a las celebraciones del Camino Neocatecumenal porque me sentía muy libre y feliz. Ahí Dios me comenzó hablar: de niño comencé a revestirme con una túnica blanca e imitaba al sacerdote jugando con una piedra como si fuera el cuerpo de Cristo. A los 12 años Dios me regalo una comunidad donde iba a ser testigo de Su obra. Sin embargo, durante mi adolescencia, pasé por un tiempo de rebeldía contra Dios, mis padres y mi familia: tenía mal genio y no quería ayudar a mis padres. Me hice cada vez más egoísta y todo me fastidiaba; mi orgullo crecía cada día y eso me condujo a la vanidad.

Al crecer, caí en el alcoholismo, y eso me llevó a experimentar la muerte del pecado. A raíz de mi alcoholismo tuve una ruptura amorosa con una ex pareja a pesar de que ya pensaba en el matrimonio. Sin embargo, Dios me tenía preparado algo mucho mejor y a pesar de que ese vicio me había alejado de mi comunidad y de mi familia, Dios me mostró Su misericordia preservándome de muchos pecados.

Durante todo ese tiempo que vivía engañado por el demonio, Dios me hizo una llamada para seguirle y poder decirLe "SÍ". El Señor sostuvo este sí, y durante este tiempo Dios puso acontecimiento en mi familia y en mi vida que me permitieron ver la podredumbre que tenía en mi corazón.

Dios se hizo presente mediante los catequistas de la nación, y fui enviado al Seminario Redemptoris Mater "San Pedro Claver" de Esmeraldas. Dios me está dando la gracia de formarme para la nueva evangelización y llevar a término esta obra buena que Él mismo empezó. Recen por mí y queden seguros de mis oraciones por todo lo que hacen por nosotros en el seminario.