VÍCTOR FERNANDO REINO QUINDE

Mi nombre es Víctor Fernando Reino Quinde, soy de la ciudad de Cuenca, hijo mayor de tres hermanos. Tengo 46 años; mi padre falleció hace 19 años. Pertenezco a la quinta comunidad de San Juan Pablo II en Cuenca y, en Quito, a la segunda comunidad de San Blas.

Hoy bendigo a Dios porque veo y vivo su amor y misericordia encarnados en mí, pues hasta los 18 años no conocí el amor. Desde los 12 años caí en un sinsentido y en un sufrimiento que era la muerte en vida: esto se debió a que no me sentía aceptado en la escuela, en el trabajo e incluso rechazado por mi padre; la única manera de soportar todo esto era con alcohol y drogas, y me convertí en alcohólico. Bebí durante 45 a 50 días, día y noche, y pensé que Dios se había equivocado al traerme a este mundo. Sufría al pensar que nadie me quería y me dolía ver a mis padres sufrir por mí. Pensaba que era un monstruo y que mejor desaparecer. Con más de 18 años, gracias a una hermana, pude regresar a la Iglesia cuando entré y escuché: ¡DIOS TE AMA! Fue el regalo más grande que he recibido; sentí mi corazón latir y llorar, llorar de alegría, de alegría al escuchar esta buena noticia, porque no me había sentido amada en todo este tiempo. Desde allí he podido ver el amor de Dios y también su misericordia, porque en el Camino Neocatecumenal Dios me ha sanado gradualmente de todas estas debilidades que me tenían esclavizada, especialmente el alcohol, las drogas y la creencia de que nadie me quería. Dios me ha estado sanando gracias a mi comunidad. Hoy vivo agradecido por este hermoso regalo del Señor y veo la misericordia de Dios para conmigo, porque miro atrás y recuerdo a una persona sin sentido ni esperanza, que hoy vive firme en la esperanza, agradecido por ser hijo de Dios y vivir su amor cada día, en mis caídas y mis altibajos, y en la sanación que Dios obra en mí. Hoy el Señor me ha dado el don de formar parte del Seminario Redemptoris Mater de Esmeraldas.


Les agradezco toda su generosidad. Oremos para que el Señor continúe su obra en mí.