LA NUEVA ESTÉTICA DEL SEMINARIO REDEMPTORIS MATER

Un nuevo concepto de Seminario

¡Segundo milenio! Necesitamos nuevos sacerdotes, y aquí tienen un seminario con una nueva estética. ¡Aquí no se trata de lujos, todo lo contrario! Queremos algo pedagógico fundamental en estos seminarios: que estos sacerdotes se sientan amados por Dios. Hemos visto el mal que hace que el hombre sea tratado como un perro: ¡luego muerde, muerde! Y tenemos a mucha gente así, porque hoy la familia está destrozada y nuestros jóvenes cargan con heridas muy profundas porque sus padres están separados. Debemos hacerles entender que en este seminario queremos darles lo mejor que tenemos: belleza, amor, para que, sintiéndose amados, puedan amar a todos. Este es el espíritu que existe aquí en estos Seminarios Redemptoris Mater... El mundo entero está en nuestros corazones, en el corazón de cada cristiano, porque hemos recibido el mismo espíritu de Cristo, el espíritu de Jesús.

Kiko Argüello, Coiniciador del Camino Neocatecumenal. Inauguración del Seminario Redemptoris Mater de Macerata, 16 de enero de 2000.

En este Seminario, queremos dar una estética, un amor, una idea de lo que el Camino hace por todos nosotros: amarnos unos a otros: ¡amarnos! ¡Lo que debería ser el centro de este seminario, de los seminaristas, de los catequistas, de todos nosotros! ¡Dios está cerca de nosotros, nos ama, está con nosotros y nos envía a evangelizar!


Kiko Argüello, Coiniciador del Camino Neocatecumenal. Inauguración del Aula Magna del seminario Redemptoris Mater de Macerata 29 de junio de 2021.

CONOZCA NUESTRO SEMINARIO

Haga clic en una imagen

para obtener más información...


La Capilla: La Asamblea litúrgica como comunidad


«La Santa Madre Iglesia desea ardientemente que todos los fieles sean conducidos a esa participación plena, consciente y activa en las celebraciones litúrgicas que exige la naturaleza misma de la Liturgia».

Constitución sobre la Sagrada Liturgia del Concilio Vaticano II "Sacrosantum Concilium"

La capilla, el primer pulmón del seminario, es el lugar donde se celebra diariamente la Eucaristía en un hermoso entorno que inspira a dar gracias por la maravillosa obra de la Redención. La asamblea litúrgica refleja la eclesiología de San Pablo recuperada por el Concilio Vaticano II: la Iglesia como cuerpo de Cristo. Con el sacerdote, figura de Cristo, a la cabeza, tras escuchar la Palabra de Dios proclamada desde su boca, el ambón, los miembros de la comunidad reunidos alrededor de la mesa eucarística celebran el banquete de bodas del Cordero que con su sangre nos hizo pasar de la muerte a la vida eterna.


Santuario de la Palabra: formar una relación con las Escrituras


"¡Desconocer la Escritura es ignorar a Cristo!" - San Jerónimo


Junto con la capilla, el Santuario de la Palabra es el segundo pulmón del seminario: es el lugar donde dialogamos con el Señor a través de su Palabra. Toda la estética de este entorno —la textura de las paredes, las lámparas, los vitrales, las sillas, etc.— es una catequesis sobre la Palabra de Dios y su papel fundamental en la vida del cristiano. Aquí los seminaristas aprenden a crecer en su intimidad con Dios para convertirse en sacerdotes "hombres de la Palabra", para que la Palabra, leída, escuchada y contemplada, se haga carne en sus vidas.


Biblioteca: El estudio como medio de santificación y servicio


"Fe y razón son como las dos alas con las que el espíritu 

humano se eleva hacia la contemplación de la verdad." - San Juan Pablo II


Es el lugar de estudio para los seminaristas. Junto con su maduración espiritual y humana, una parte fundamental de su formación para el sacerdocio son sus estudios académicos. Parte del deber del sacerdote es conocer la sana doctrina para poder guiar eficazmente al pueblo de Dios. Aquí también, la belleza y la dignidad del entorno motivan a los seminaristas a esforzarse en sus estudios para retribuir a los feligreses lo que han recibido.

Comedor: construir relaciones con la comunidad


"También entre los pucheros anda el Señor" - Santa Teresa de Jesus


En el comedor compartimos no solo la comida, sino también nuestro espíritu: no es solo un lugar para saciar nuestros estómagos, sino también un lugar para comulgar con nuestros hermanos y hermanas, donde aprendemos a relacionarnos como hijos del único Padre. Las mesas redondas facilitan la conversación y la confraternidad. El comedor es un espacio diseñado con gran belleza, para reflejar la dignidad que Dios desea dar a sus hijos y para recordarnos que estamos llamados a ser santos en todos los aspectos de nuestra vida diaria.